Vio la luz del universo en 1884, padeció los años bélicos y aprendió a vivir con la alegría de su trabajo pero con la tristeza de la soledad que le dejó la muerte de su esposa Jeanne Rossi. Su nombre es Gastón Bachelard, estudioso de la ciencia, la filosofía y la poética de la ensoñación. A partir de hoy, 21 de septiembre, y hasta el próximo viernes 23, tiene efecto en la Facultad el Coloquio Internacional Gastón Bachelard.
Ponentes como Jean Claude Filloux, Raymundo Mier, Ana Goutman, Martha Soriano, Blanca Solares, Rossana Cassigoli, Alan Arias y Ambrosio Velasco, por mencionar sólo a algunos, hablarán sobre la vida y el quehacer intelectual del francés que de niño pasaba el tiempo contemplando la llama de una vela, suceso que posteriormente lo llevaría a escribir sobre la poética del fuego.
Claudia Bodek, jefa de la División de Estudios Profesionales, fue le encargada de moderar la primera ponencia, a cargo de Jean Claude Filloux, quien por herencia familiar conoció de cerca a Bachelard. El auditorio Ricardo Flores Magón albergó la primera entrega del coloquio. Por su parte, Luis Gómez, organizador del evento, reiteró que este hombre no es una moda, sino un clásico del pensamiento científico filosófico.
Filloux abundó sobre su vida y su paso por el estudio científico y las imágenes poéticas. La vida de Bachelard estaba llena de imágenes. Su infancia fue una catapulta para sus habilidades. Mostró una personalidad única, bien podía jugar y burlarse de sus profesores hasta pasarse horas estudiando o tocando el violín. El hombre prodigio comenzó a madurar desde sus primeros años de vida.
En la conferencia se exaltó el placer que tenía para la enseñanza. Con ella conoció la dulzura que significaba transmitir sus conocimientos. Dulzura que contrastaba con la pena que lo embargó toda su vida: la muerte de su esposa. Tras este trágico suceso, Bachelard volcó su atención a su hija Susana, quien había nacido apenas un año antes (1919).
A pesar de este trago amargo, nunca dejó de luchar y de profesar su filosofía. “El éxito no llega al día siguiente y la felicidad tampoco”, reiteraba. Filloux aprovechó el tiempo para expresar al máximo los detalles sobre la vida de un hombre que marcó la suya, quien le inyectó un pensamiento que rompía con los paradigmas de la Filosofía y que supo conjugar ciencias como las Matemáticas y la Sociología. Bachelard más que un filósofo es un maestro de vida.
Fuente: Adrianelly Hernández Vega
http://gacetapoliticas.blogspot.mx/2011/09/en-honor-la-filosofia-de-bachelard.html
