Abordaremos el día de hoy la problemática de la libertad de circulación de información en Internet y otros sistemas alternativos de comunicación, como los llamados sistemas priváticos que son paralelos a los abiertos y contienen por lo general información restringida, léase considerada estratégica para la seguridad nacional de algunas de las potencias económicas del globo. Por supuesto las claves de acceso están fuertemente codificadas, e inclusive los propios documentos están codificados.

Treinta y cinco años después de la creación de Internet éste ha sido redefinido como un sistema-dispositivo global de distribución e intercambio de información, relacionado lógicamente por un espacio único virtual de direcciones y directorios, todos basados en el protocolo IP o en sus extensiones, capaz de sostener comunicaciones multidireccionales usando los protocolos TCP/IP o sus extensiones y/u otros productos compatibles con IP.

Se trata de compartir y colaborar, compartir archivos (files), ficheros, documentos y también dar a conocer nuevos productos, así como resultados teóricos y empíricos tanto de investigación social como técnico-científica. Colaborar, dejando abiertos canales de circulación de comunicación en todos los soportes con tiempos “muertos” disponibles.

Este espacio virtual arreglado en redes es el escenario de la circulación de documentos des-clasificados, clasificados, codificados que contienen información privilegiada considerada de seguridad nacional, internacional y global. Aquí situamos los polémicos acontecimientos que viven tanto Asange con Wikileaks y Snowden con la revelación del espionaje cibernético.

Este escenario, descentralizado, con infinitas entradas y millones de direcciones, es imposible de saber cuántas y cuáles son las trayectorias que realiza un envío de paquetes comprimidos de información. Si existe un proceso sistémico autopoiético, a la manera de Luhmann, sería precisamente el conjunto de redes, nódulos, mensajes y automatismos presentes en Internet.

Cuando Karl Popper propuso reconocer los diálogos intertextuales como Mundo Dos, referidos a aquellos que se producían en el seno de los textos y libros entre sus autores vivos entre sí y con autores muertos y entre los muertos entre sí, para argumentar la potencia dialógica existente en toda biblioteca o simbólicamente en la Biblioteca Mundo; jamás imaginó las posibilidades de los diálogos intertextuales entre distantes usuarios (espacial y temporalmente) donde el conjunto de sus interacciones podemos denominar hoy Mundo Tres.

Asistimos a un crecimiento exponencial, sin límites de flujos interactivos de comunicación y de información, de potentes mensajes, omnipresentes, con amplia penetración no sólo en el sentido de los mercados, sino de la política y de la socialidad misma. Portadores de nuevos estereotipos y prácticas, de nuevos consumos, incluidos los intercambios personales (sensualidad y sexualidad incluidas). Nueva vitrina del consumo capitalista, pero también puente inmaterial e ineludible de su crítica radical. Sede al mismo tiempo del elogio de la globalización y del altermundismo actuante y militante.

El altermundismo ha entendido que navegar por las redes y difundir, es una sinonimia de sus propias formas de lucha y de organización. Para ellos y para todos los grupos contestatarios anti-sistémicos se trata no sólo de ser continuos usuarios, sino de generar información y contra-información, para orientar el funcionamiento de los usos desde una perspectiva crítica, abierta, plural, diversa, multicultural, democrática y libertaria, aprovechando sus planos extensos y profundos.

Internet es no solamente un instrumento de consulta y de trabajo; ha sobrepasado todas las expectativas transformándose en el vehículo de la comunicación por excelencia, del manejo y la manipulación de la información, tanto como del entretenimiento, de los juegos, de la proliferación de ofertas de servicios comerciales e inclusive corporales, así como de la protesta y de la incitación a la movilización.

Las incógnitas que plantea el crecimiento exponencial ya no están en saber hacia dónde se va, sino en el cómo se puede ser capaz de autogestión sin saturación que produzca inmovilidad, vulnerabilidad, fragilidad en la protección de la comunicación personal, grupal y social. La incógnita está en el terreno de la inmunidad que los utilizadores puedan generar para su protección frente al espionaje político y garantizar la direccionalidad y los fines buscados de su comunicación. Estamos hablando de bloquear los intentos de censura y de distorsión de nuestra información. Nos confrontamos aquí con tácticas de diversión política en su sentido militar y policiaco.

No es ningún secreto que los Estados y las empresas recluten personal calificado entre saboteadores, hackers, productores de virus, ruidos e interferencias para boicotear las redes, con la finalidad de aprovechar sus conocimientos no sólo en materia de seguridad informática sino también en términos de seguridad nacional, internacional y global desde una perspectiva político-militar o simplemente policíaca.

En relación a Wikileaks y a Snowden podemos decir que sus actividades se sitúan en el plano de una deontología a la vez personal, institucional y social. Independientemente de que en el caso de Snowden priva el cumplimiento de un contrato que lo condiciona a mantener la información relativa al espionaje en la discreción y la reserva a la que obliga la aceptación de un trabajo, podemos decir que dada la gravedad de esos procedimientos de indagación hicieron que pesaran en su decisión elementos de conciencia que, en contraposición a sus obligaciones contractuales, lo llevaran a decidir por revelar las prácticas ilegales del Estado frente a la libertad que otorgan los derechos civiles. Sólo en ese plano ético es comprensible, aunque debatible las decisiones que tomó Snowden.

En el caso de Wikileaks podemos decir que en su conjunto la información y el conocimiento en general y de manera extensa pertenecen a la soberanía de la sociedad. La información sobre la sociedad y para la sociedad debe ser reconocida por la propia sociedad. Sin embargo, la política y el Estado apuestan a la posibilidad de mantener la información y en cierta medida la comunicación como instrumentos de control social. Quien controle los medios de comunicación, la distribución de la información y el manejo de la producción del conocimiento buscará controlar también las principales fuerzas y energías de la sociedad. La paradoja está en que quien cuestione ese control lo tendrá que hacer a través de los mismos instrumentos. Esto es un campo de disputa por el control de las propias ciber-redes sociales.

luis e gomez sociologo mexico unam

Dr. Luis E. Gómez
Sociólogo mexicano especialista en temas de teoría social contemporánea.

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