“Se trata de mostrar un ambiente, que hoy se ha hecho cotidiano y que desplaza todas las noticias de primera plana de todos los periódicos, donde el país se ha convertido en una verdadera fábrica de viudas y de huérfanos, mismos que guardarán un resentimiento, que sin dificultad garantiza la continuidad de la violencia social que teóricamente se quiere conjurar. Café Pacifico. Muerte en Tijuana quiere dar cuenta de dos historias personales que convergen en el plano de la violencia de la delincuencia organizada, de la violencia estatal y del ejercicio del nuevo periodismo mexicano…”
“(…) Los personajes están construidos sobre la base de personas existentes, sin embargo ninguno de ellos es ‘alguien’ en particular, son más bien una combinación de caractéres lo que les da su personalidad específica. El capo no es un clásico narco ranchero, más bien responde a los nuevos personajes que hemos estado viendo últimamente en las noticias, urbanos, estudiados, conocedores de finanzas y de negocios, individuos que utilizan inteligencia y las nuevas tecnologías y que se conciben a sí mismos como gente de mundo, visten bien, viajan al extranjero, se alojan en hoteles y asisten a restaurantes de lujo. Se trata de una novela sobre la tercera generación del narcotráfico en México.” (Luis E. Gómez)